A un lado del escándalo que genera la expulsión de un capitán, en semifinales y durante tiempos extras, Andrés Guardado presenció su primera expulsión desde que llegó al Viejo Continente: la barrida que propició el 'Principito' a Kessié ameritó una segunda tarjeta amarilla para el mexicano, y su expulsión directa.
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Luego de 505 partidos en LaLiga, contabilizando aquellos que disputó en Segunda División, el mediocampista abandonó el terreno de juego del Estadio Benito Villamarín y dejó al Real de Betis Balompié con 10, al minuto 118 del partido vs FC Barcelona.
El duelo para acceder a la final de la Supercopa llegó hasta tanda de penales, y a pesar de la persistencia que mostraron los Verdiblancos por empatar el duelo, Guardado complicó la posibilidad de los de Pellegrini, para luchar de forma equitativa con los de Sevilla.
Aunque no fue titular, Andrés ingresó al 85' y automáticamente portó la liga de capitán con los Heliopolitanos: únicamente participó durante 32 minutos, lapso en que cometió tres faltas graves, que acumularon sus amonestaciones, hasta obtener una tarjeta roja.